martes, 21 de febrero de 2017

Evaluación: actividad de introspección.

Estamos con la unidad 4 del curso abpmooc_intef y tenemos que realizar una reflexión sobre nuestras prácticas de evaluación.

La verdad es que me ha resultado tranquilizador, leer a compañeros en twitter que hablan sobre cómo es la evaluación, la parte de nuestro trabajo que menos les gusta. Desde el principio de mi carrera profesional, me parece que una de las labores más tediosas que tenemos que realizar. Tal vez será por el hecho de tener que juzgar a los alumnos, por como se está complicando este aspecto mediante inspecciones, registros y demandas sociales (todos tienen que aprender unos mínimos), familiares (¿cómo has evaluado a mi hijo/a?), políticas (informe PISA, pruebas externas y demás)... En fin, que me parece una locura.

En cursos y centros anteriores, me he encontrado de todo: desde que debemos registrar diariamente los logros de la chavalada, a pasar un pequeño examen al final de cada unidad, un examen complejo, alguna vez trabajos en grupo... He de decir, que para esto siempre me he coordinado mucho con mis compañeros de nivel, y acordábamos por mayoría. No quiere decir que sean las soluciones que más me gustan. De hecho, hacer exámenes cada cierto tiempo me parece frustrante. Estoy de acuerdo hasta cierto punto, en que los alumnos mejoraban su expresión escrita, se les prepara para un futuro, tienen que aprender a controlar los nervios... pero en el fondo me preguntaba que ¿para qué? La sociedad no demanda esto, no nos lleva por ahí y seguir con un sistema tradicional de evaluación (y aprendizaje) es tener unos objetivos muy limitados y acomodados.

En la actualidad, con mis alumnos de 1º de primaria: sigo fiel a la observación diaria y registro de logros, las preguntas son cortas, y realizadas al azar mediante CLASS DOJO y tomo nota de los resultados. Utilizo rúbricas para evaluar la consecución de los estándares de aprendizaje. Y como ya he dicho en varias ocasiones, este año, al empezar en un centro nuevo, con una nueva metodología, y sin libros, no estoy realizando exámenes (sí, he llegado a hacer exámenes en primero porque era el acuerdo de nivel).

Por el momento, en mi aula es el docente el que evalúa. Doy las clases en inglés y me resulta complejo explicar a mis alumnos que tienen que reflexionar sobre sus tareas y realización por escrito. Sí que es cierto, que cuando me entregan trabajos que pueden realizar con mejor calidad, les hago pensar sobre como pueden mejorarlo, pero no utilizamos sesiones ni actividades exclusivamente a ello. Me gustan, y más adelante las pondré en práctica. Un recurso fácil que tengo en mente para el próximo trimestre es este. No lo he puesto aún porque son pequeños y tienen la costumbre de jugar y entretenerse con cualquier cosa y esta sería una de ellas, así que cuando tengan las rutinas más asimiladas podremos introducir este pequeño elemento con el cual me resultará más sencillo saber cómo se siente cada alumno a la hora de afrontar una tarea. 

Para mí es esencial tener claro que en la era de las comunicaciones, cuando cualquier cosa se puede consultar tanto en internet, como en los libros, la evaluación tiene que llevarnos a saber hacer, a saber ser independientes en nuestra formación y ser autónomos. De pequeña me llamaba la atención que una persona pudiera ser autodidacta, me parecía muy lejano, sin embargo, creo que es algo sencillo siempre que dotemos a nuestros alumnos de herramientas que les ayuden a ser independientes para que se formen sobre aquello que más les motive o interese. Creo que es por ahí hacia donde tenemos que tirar, junto con el trabajo en equipo y como no, los proyectos.

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